CALASSO, ROBERTO
Un día Homo hizo algo que nadie había intentado nunca: empezó a imitar a los otros animales, a sus depredadores. Fue así como se volvió cazador. Muchas culturas, distantes en el espacio y en el tiempo, asociaron estos acontecimientos, dramáticos y eróticos, con una cierta región del cielo, entre Sirio y Orión: el lugar del Cazador Celeste. Sus historias tejen la trama de este libro, e irradian en múltiples direcciones.